El signo de la era parece ser la permanente disrupción tecnológica, con su tremenda incidencia sobre la sociedad y la economía global. Nos encontramos aún en el comienzo de los cambios y de un camino algo incierto cuya únicas constantes son la velocidad y la innovación.
Esta disrupción no sólo se matendrá sino que también acelerará. Nos lleva a unas reglas de juego radicalmente diferentes en la era digital, y a una innovación evolutiva hacia donde avanzar. Debemos ser flexibles frente al mercado para reinventarnos constantemente.
Estamos en un vertiginoso proceso de aceleración donde los cambios se viven cada año, los que antes ocurrían cada década.
Desde el punto de vista del liderazgo, hoy más que nunca es necesario contar con líderes que puedan adaptarse a una trasformación constante, ágil y rápida, pero sobre todo humana donde la generosidad y el talento van a cumplir un rol esencial para lograr menos rotación y mayor motivación. Aportar, atraer a sus empleados un panorama de certeza ante un futuro impredecible y una actitud de acompañamiento que permita crecer a quienes forman parte de una firma de servicios profesionales.
Por Fernando Tezanos Pinto, Presidente de Auren Argentina y Auren en Latinoamérica